viernes, 20 de febrero de 2009

Marioneta. Parte 4. Abriendo la puerta.

(Antes que nada, queridos lectores, me disculpo pues hoy deseaba publicar más de lo que aqui pongo, pero he tenido problemas con varios asuntos entre ayer y hoy. Espero publicar otra parte en el transcurso del fin de semana.

Gracias por su comprensión, y que disfruten la lectura.)


(Este es un poster ficticio, no corresponde a ninguna película en al que Se planee la actuación de Johnny Depp)


Colgué el teléfono y me levanté, arreglándome el vestido un poco, tiránicamente oprimiendo la rebeldía de unos cuantos mechones de cabello, asegurándome de llevar todo lo necesario... ¿Necesario?. Pues algo había de necesitar. Tomé mi carné de empleada y apreté la pinza en el bolsillo del pecho. Me recosté contra el escritorio por un momento para hacer tiempo, no quería que el Jefe pensara que no hacía nada cuando me llamó... y miré el reloj. No eran ni las 10:00AM. El día apenas comenzaba y ya había resuelto todo lo que debía hacer en la jornada.


Dándome una última mirada al espejo abrí la puerta de mi oficina y me dirigí por el pasillo.
Él era un hombre alto y desgarbado, de rostro ovalado y frente ancha. Ojos hundidos, escondidos tras dos bases de botella. Su pequeña boca apenas se abría para beber café y decir algo. Y siempre que decía algo lo articulaba con su mano derecha. Siempre se me pareció mucho a Goebbels, pero hablando con su mano derecha y dejando que la izquierda descansara en alguna parte.

Él pareció no notar que había entrado a la oficina, perdido en un archivo que tenía en sus manos. Aclaré mi garganta para atrapar su atención. Él sonrió debilmente.
Si, su expresión lo decía todo. Estaba feliz leyendo el archivo del nuevo recluso. Como un coleccionista cuando obtiene esa pieza que tanto había deseado, o aquella que nunca, hasta que la vió, supo que sería la principal de su tesoro. Pero así como se lo veía, tenía miedo. Sabía a quien tenía en sus instalaciones. No era un loco cualquiera el que acababan de encerrar bajo sus pies.

--Señor, ¿tenia algo que decirme?-- pregunté intentando, en vano, contener la ansiedad que me acosaba.

--Si señorita Quinzel, --respondió despegándose del papel.-- He estado considerando ciertos elementos de su hoja de vida y de su historial de trabajo. --Pausó momentáneamente, tomando un respiro casi nostálgico-- Y he decidido ascenderla a Jefe de Psiquiatría.

Comencé a jugar con mi pelo, mirándolo con incredulidad. Como un taco de dinamita con mecha perezosa, me tomó un momento asimilar correctamente las palabras. Una sonrisa se tomó mi rostro.

No pude evitar elogiar su decisión, sacándole tambien una sonrisa. Me sentía un poco como una “lame suelas”, pero me era inevitable cuando apenas soñaba con ese puesto hasta dentro de unos años. Ciertamente no llevaba en el sanatorio (Ni en la labor) el tiempo que alguien normalmente requería para llegar a ese punto.

“En su nuevo cargo, su salario incrementará un 37%” Escuché entre ensoñaciones, viéndome de compras en esas lujosas boutiques del centro, celebrando con las amigas que atraería el dinero, rodando en un hermoso auto por los caminos campestres... “además deberá asistir menos horas, si así le parece”. Mucho más tiempo para leer, para perderme en mi múcisa, para pensar en mis pacientes... para controlar mis impulsos... !Al fin tendría tiempo para tener una relación! “será transladada a la oficina 305" ¡LA 305! ¡ERA MÁS AMPLIA QUE MI HABITACIÓN EN CASA! Tenía bañera (Que nunca supe para que la usaban), un amplio sofá, una preciosa vista de los campos detras del sanatorio, una neverita... “y tendrá acceso a todos los archivos de los pacientes que el sanatorio ha tratado” Mi cabeza daba piruetas, bailando perdida entre el fuego. Innumerables archivos de los enfermos mentales más interesantes de la nación. Mentes que más parecían laberintos. Llenas de tesoros ocultos, secretos como tumbas, de transtornos horribles... Frenéticamente jugaba con mi pelo, ansiosa por el translado. Sentía incontenibles ganas de saltar. !!! (Ahogó un grito en su garganta). ¡De volver a mis días de gimnasia y dar volteretas por doquier! Quería besar al primero que se atravesara en mi paso, y salir corriendo mientras me carcajeaba como loca. ¡LOCA!.

“Se le asignarán además los casos d mayor relevancia de la clínica, comenzando mañana por el caso 4603001. ¡Felicitaciones! bien merecido lo tiene.”

--¿El caso 4603001?-- Habría sido mejor no preguntar.

--Si, el de nuestro nuevo huesped.

El caso del payaso rebasó mi fantasía y se la tomó. Mi oficina perfecta se volcó al caos. Muebles razgados, sillas partidas contra las paredes, el espejo del baño roto sobre un reguero de sangre. Mis archivos en llamas mientras ese desquiciado daba las mismas piruetas que yo ejecutaba hace un momento, a mi alrededor. Me imaginé atada a la silla con mis medias mientras él me pasaba el vidrio por encima... Gritando como loca. !!! (Ahogó otro, ya buscando asirse de nuevo a su cordura).

Volviendo a mis cabales sacudí la cabeza para desvanecer el desastroso culmen, agradeciéndole calurosamente. Que buena actriz era. Le estreché la mano.

--El interno-- continuó su jefe --dormirá sin tratamiento esta noche, mañana comenzará. Tiene usted alguna duda? algo que desee decir antes de ser nombrada?

Solo atiné a preguntar si debía transladar mis cosas ya, a lo que me respondió que ya lo hacían algunos empleados.

--Se que en este trabajo encontrará muchas cosas que no esperaba, seguro le cambiará la vida.

Le agradecí, dejando que la frase hiciera eco en mis oídos. Algo se me vino a la mente de golpe.

--¿Me permite una pregunta?-- Él asintió. --¿Que pasa con la anterior jefe de psiquiatria?

--Ella... al saber que transladarían a este paciente... ella renunció-- Exclamó bajando la cabeza, como si verdaderamente le doliera decirlo. Yo tragué saliva alejando de mi las especulaciones sobre su decisión.

Divagando ya con el eco, combatiendo las conclusiones de mi agil mente, y apagando el fuego en mi oficina imaginaria, le di la mano para despedirme.

Durante toda la tarde di vueltas por mi nueva oficina, sacando a flote mis dotes de diseñadora que tan empolvados estaban.

Despues de almorzar en completo silencio, sumida en divagaciones y proyectos, el altavoz del complejo se aclaró la garganta. Hace mucho que ni lo oía respirar.

“A todos los empleados. Les informo que la señorita Harleen Quinzel, quien lleva trabajando con nosotros tres años con un desempeño imepcable, ha sido reconocida por sus destacados proyectos. Hago oficial el ascenso a jefe de psiquiatría de la señorita Quinzel. Felicidades, y espero que se la reciba como lo merece.

El comedor se desparramó en aplausos, mientras empleados de toda dependencia se pasaban por mi mesa a estrecharme la mano y felicitarme personalmente. El corrillo de psiquiatría se dividía ahora entre sonrisas de camaradería y envidiosos ceños fruncidos.

Pero hubo una manifestación aún más profunda.



En la oscuridad del sótano una sonrisa se dibujó entre las sombras iluminando la celda. Como si del gato Cheshire se tratara, una risita aguda y burlona ¿aclamó? el recibimiento.

En su mente el nombre se dibujó con letras rojas y negras, dividido en cuadrantes, separado por espejos. Sangre y sombra.

¿Harleen Quinzel? ¿Hahahaharleenquien? Harleen (se respondió ya tomándole confianza al nombre). Harley, Harley, Harley Quinnzel.

¡Viva Harleeen!

¡Viva Quin!...

¡Viva el arlequin!

6 comentarios:

  1. La narración está extremadamente buena, atrapa desde el inicio y no suelta hasta el final.
    Sólo una corrección (que bien pude considerarse un capricho de forma): ojo con las puntuaciones, los tres admirativos y eso... se ven como feos.
    De resto qué gran éxito, bien tratado el momento en que el Payaso juega con el nombre para volverla arlequín.

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  2. !!! lo pensaba más como un grito ahogado en la garganta

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. En realidad, suena más a alegría profunda que grito ahogado...
    Apá, pilas con la ortografía ;) .
    Vamos mejorando, oh sí, esto está cada vez mejor...y sigo detestando que seas tan bueno, porque espero tus escritos... u_u...
    Un abrazote :D

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  5. Linda, si tengo errores dime y yo los corregiré.

    Muchas gracias a todos por las apreciaciones.

    Me encanta que les guste lo que escribo, No hay mejor satisfacción que esta si de escribir.

    Gracias de nuevo a todos

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  6. Me ha encantado, que bien escribes, que gran historia ;D
    Saludos!!!

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