miércoles, 8 de septiembre de 2010

Martina

Si, Martina. No tengo ni idea de qué carajos decirte.

Si, me gana el ego, y cuando te vi pasar por la entrada de el metro, que sí te vi, me pareció que te veías tan bonita con tu pelo largo, como te recomendé que te lo dejaras, con tu nuevo guardaropas tan digno, tan de Martina Avellaneda, quien hasta en una ciudad que pierde sus dinámicas para hacerse tierra de caníbales, guarda su incisivo pudor irónico.

Si, debí hablarte, porque lo único que tengo son dudas, porque me emputas pero me haces falta, y me jode la cabeza de vez en cuando como pasamos de que te animara con tu madre a que fueras silencio y ausencia.

No lugar. No mujer. No sentir. No reir. No amigos.

Y el orgullo no me permite decirte eso que ya sabes, que lo dudo y lo entredigo con tanta palabrería barata para ver si me bajo de mi trono o vos salis de las sombras. Pero ni soy Yaveh ni sos Lilith. Que si sos mujer, pero no tanta. Que la mujer tiene de demonio lo que tiene de gestora.
Y yo más facil creo miedos que ángeles.

A quien me saluda le doy la mano. A quien siento le doy mi texto. Y ese día te quise proteger de tu mamá con tanto efecto como lo tuvo... Qué voy a saber yo...

A ver si un día de estos días en vez de darte la espalda para que me tatues, yo te miro a la cara y te muestro que me se las tablas de memoria.

La ley del Talión es una porquería

Mi banda Sonora


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com

Mapa de Visitantes recientes

Visitas

counter to blogspot