sábado, 21 de marzo de 2009

Marioneta. Parte 7. "Sweet 'n Sticky"

"Y pasando la puerta había una dulcería vacía, llenita de frasquitos de gomitas, de chicles, de caramelos y chocolates, masmelos y chupetas. Todos ausentes.

Entré y recordé que no era tan alta cuando era niña... que no alcanzaba siempre los aparadores ni los frascos llenos de manjares... y no me gustó.

Deseaba ser Alicia para hacerme grande o pequeña como mejor fuera para la historia... y siempre he tenido de alicia, porque crecí un poco... hasta mis 16.

Nunca he matado esa afición... dulces de colores estrafalarios, de sabores artificiales como los fuegos... artificiales como las pastillas... artificiales muñequitos... UN DESFILE! UN DESFILE CIRCENSE! Al frente, con batuta en ¿Mano? un chocolate suizo, de esos de conservatorio chocolatiense... y detras una banda de golosinas picantes que tocaban ritmos latinos empalagosos... Bailarinas de gomita, flexibles y deliciosas... masmelos payasos con humor abollonadito y dulces duros vestidos con empaques de mil colores... QUE MALA SOY! YO QUE ME COMÍ TODO EL DESFILE... no dejé ni la batuta rellena de menta.

Ay... pero cuando me tragué todo ese azucar sentí un malestar... un malestar colegial.

Abrí los ojos despues de tragarme tanto orgasmo y paraíso para encontrarme en el jardin frontal de la Academia Winston-Hill... de esa fachada de castillo de pesadillas, de Prefectos y maestros exigentes... de... ¿Guasones en el jardín?

Ahi estaba... ¿Estaba? Un joven sentado bajo la sombra de un arbol, jugando con una navaja que parecía de juguete... ¿Vaya peligro el que son los juguetes? Las cajas iban en serio cuando decían que podías morir con ellos. ¿Y es que como no morir por esa sonrisa desfigurada en cicatrices de un pasado tortuoso y cínico?
A su lado.. ¿A su lado?... Si. A su lado... Muy a zu lado como el cielo.

Sus ojos estaban perdidos entre el infinito. Que creaba mi cabeza al mirar en los suyos. Magníficos movimientos sinuososy roces de cadera... manos desesperadas, chapotenates, torpes... piernas trenzadas... labios gastados... pechos abiertos y respiración honda mente ahogada... ... ... SONRISAS AMPLIAS Y OJOS PERDIDOS DE LOCURA.

Me levanto de golpe... empapada en sudor... ¿si?... ¿en sudor?... Me levanto asustada pero queriendo dormirme de nuevo para sonreirle a ese maniaco entre gemidos...

¿Que es lo que realmente quiero?


Creo que tendré que preguntarle.

Asesinando a un extraño

(Algo que escribí hace semanas)

... Y me quedo con esa huidiza duda.
¿Como mato a un pedazo de mi en otra persona, para así matar a ese alguien en mi?

Esa ilusión fantasma, esa negación parca al amor desesperado y al dolor, a las noches frías en otros brazos.

Y veo tus ojos de sombra roja, perdidos en los míos, escapando, siempre a distancia suficiente como para defenderte de mis ataques.

Tu impaciencia aumenta mi frustración.

Cortinas rojas, doradas, negras, me envuelven, me excluyen, me abandonan.

He de matar al Señor extraño, para ser siempre aquel anónimo que vaga entre tus versos.

He de eliminar al anónimo para obligarte a olvidar que me conociste.

Y decirle "adios" a desatar la cordura y abrir las dudas.

Bienvenida seas, misterio.

Aqui te devuelvo aquel extraño con quien no te permites hablar.

Hasta el día de la hecatombe...

Hasta la noche sincera de dulce revelación.

"Adios"... Te dirá aquel extraño, tu encárgate de sacarle la daga del corazón y de revivirlo en tu cuaderno.

jueves, 19 de marzo de 2009

Mirar adentro.

Abro el cuaderno
Entra la llave a mi infierno interno
En la ventisca que congela el alma
Seca la carne, deshace en jirones la calma

Y mi atención se disputa el protagonismo
Entre la espera catatónica
Y la lacónica duda silenciada

Es que no entendes cuando te miro y no encontras mis ojos
Cuando me entrego, no te entregas, y no entiendes mi enojo

Son los despojos de mi orgullo inundado en testosterona
Mi auto crítica no perdona si mi vida no mejora.


Se acabó... Ahora será dificil

miércoles, 18 de marzo de 2009

Trance noctámbulo

Ah, ¿que te vas a poner triste?
Vos decidiste no estar con nadie
No afrontar los males, las noches heladas y el dolor ajeno
Pasajero pero mortal para el alma inmortal
Deshecho en besos que afloran, flores que se marchitan y dejan dulces cicatrices, meretrices de la luna enamorada de tanto ruido en tu cabeza
¿O no es esa tu razón?

sábado, 14 de marzo de 2009

Marioneta. Parte 6. Monólogo.


No por estar encadenado pierdo mi condición de lobo.

Mis ojos no necesitan ver para saber que estoy en el blanco infierno...

De noche... de noche escucho gritos lejanos, subterráneos, y si no estuviera tan en mis cabales, creería que no son otros pacientes, si no demonios.

Perdido en este "Virtual Environment", este hueco olvidado por la humanidad... ¡Desearía que se rasgaran los acolchados muros y se distorsioanara el aire en gases de risa y dolor! Circos graves y macabros ¡Divertidos hasta los huesos! Muertos vivientes bailando al Swing de Diablo Swing Orchestra, apuntalándose para conseguir un poco de esta carne, haciendo fila para que los destroce con mis dientes.... MIS DIENTES SON LAS UNICAS CUCHILLAS QUE ME QUEDAN...

¿Que me queda? Me queda todo, pero guardado bajo esta blanca camisa.... Desearía tener mi verde y púrpura para ser yo y no él.. no este... no otro.

"It's Evolution, Baby!"

Soy una pieza, soy el hombre, Soy la maldita estadística que quiere romperse en mi pedazos, en esquirlas para desfigurarle la cara al mundo, a todo el maldito mundo... Y rellenar ese pavo de acción de gracias con cuchillas oxidadas, agujas de heroinómanos y moñítos de seda.

Soy el ladrón de la cordura, Espera.... No. No lo soy.

Ella es la ladrona. Entrando tan campante.

"¡Hola señor payaso! Soy una maniática (por el orden) que no sabe como dejar de tomar pastillitas color pastel y quiere saltar en techso.... ¿Está usted loco? Lástima que no sea como yo... ¡LASTIMADA!
Lástima que no ntenga orden en su vida... porque mi cabeza no lo tiene.

¡MIRA GUASON.... SIN CORDURA!"

Me grita la tonta esa, una lunática disfrazada de ejecutiva, de sanadora, de amiga... ¿Y yo para que diantes necesito una amiga? Si termino canibalizando la relación, desatando ese Diógenes, ese destripador, esa gula primitiva de animalismo.

Pero no puedo hacerlo con ella, porque uno no puede hacer lo que ya está hecho.

Esa niñita tiene algo en ella... en su cabeza... en esa piel que me recuerda estas suaves y restrictivas paredes.

¿Autoridad? ¿Que puede venir a decirme esa tonta de comportamientos correctos? A kilómetros se puede oler lo sucia que es en el fondo, lo manchada que está por su pasado... errores, hombres, sangre y barro. Tantas despedidas y tan pocos encuentros consigo misma. Tanta negación, tan poca aceptación.

¿COMO CARAJOS ME PUEDE LLAMAR LOCO?

Pero.... ¡SILENCIO! Me grita su olor... Ahi viene de nuevo, con un perfume recien abierto, no se maquilló hace más de 10 minutos.

¿Y esa falta de olor a testosterona pasada? ¿Donde están los esteroides?

SHHHHHHHH.... No la asustes... tal vez hasta te suelte... Tal vez hoy puedas saciar tu hambre.... nuestra hambre.

¿Hambre de que?

De lo que sea, ¿No tienes hambre?

De carne y cariño, tinta roja y destrucción... De poner a fumar a ese patético vigilante hasta que se ahogue... Hambre es lo que te sobra, J.

Shhhhhh.... Ya viene... Tal vez hasta puedas escuchar la clave de tu celda en esa retorcida cabecita.

Shhhhh...

-Solo los latidos del corazón-



Se un buen anfitrión, ¿Si?.








martes, 10 de marzo de 2009

Des-ahogo



Porque una buena amiga escribe con vos, y te golpea si lo necesitas.
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Foto: AtinaChile

* * * * *

Alrededor hay miles y miles de almas, y en un cuerpo aparentemente tan joven,
me da la impresión de que aquellos que veo con canas, que tanto han aprendido y tanto han leído...
siguen siendo unos niños, pero ahora son peores, son desabridos.

* * * * *

Es la lluvia, la sangre en mis dedos y en mi nariz, la caótica pluralidad,
el trío en mis brazos,
pero ya no en mi "Hara" el que me diferencia de ellos.

Personalmente prefiero la nariz rota
a los pulmones hechos chimeneas.

* * * * *

Y espero que mis oídos exploten, que mi olfato se embriague,
ya no vomitar palabras, aburrirme de todo...
pero no guardar más una esperanza, que llegue la sorpresa,
el color de un día gris, el agua que pueda sanar los golpes...

...Oh sí,
la sorpresa que me despierte a cachetadas
y me haga feliz a carcajadas.

* * * * *

Agradezco profundamente no tener una pantalla al frente,
no castrar mi divagante mente con botones con plásticos,
acrílicos, pétroleo manchado de "Verde Dolar".
Solo tinta de pluma y tinta de corazón manchando mis manos.
Quiero ver quien teje esa trenza...
quiero verlo para decirle,
para decirles que no me digan nada.

Y Thor me susurra a lo lejos...
-"Tranquilo pelao, todo va a mejorar...
un poquito de licor, un poquito de destrucción,
de música, de placer carnal e intelectual;
y seguro que ni te vas a acordar de que es sentir esto"-...

...Y le revienta el cráneo a otro gigante.

* * * * *

Cuento cuentos bajo las faldas,
bajo las lindas piernas de las damas.
Me pasa la música, el músico por el lado...
pero los grandes protagonistas de la historia vuelven a ser simples mortales.

Eso es lo bonito de escribir, que se lo pueden imaginar todo, todo...
pero nunca llegan a imaginar lo que es.

Veo rostros conocidos, los conozco todos, son casi las mismas historias,
son ráfagas y vidas tan cortas como la mía,
es que "no somos nada, no somos nada", me susurra la potencia inmoral,
pero me acuerdo que la mayoría estamos rotos,
y no se pueden imaginar como duele cuando uno se rompe.

* * * * *

Y a lo lejos escucho decir que la bomba atómica fué la culpable del metal...
para mí, eso es lo mismo que decir que Manson
fué el culpable de la masacre de Columbine;
y al fondo la lluvia, la tormenta lejana, la cacería salvaje,
los Ases perdidos en el instinto, en el hambre, la calma y ha de matar sin odiar...
de matar para que algo nuevo nazca.

Todo tan calmado, tan guardado bajo el velo gris del cielo.
Se siente tan extraño; quiero placer,
pero lo último que quiero en este momento es sexo.

Sólo música, sólo destrucción.

* * * * *

Me siguen pareciendo hermosos aquellos pajarillos de una sola flor,
aquellas manos unidas, aquel que me parece falso amor,
pero eso no importa mucho;
toca leer cosas, escuchar personas...la mayoría...relleno de materias,
cátedra cancerígena, como has matado las venas abiertas del pueblo!.
Acaso estamos perdidos, ¿Lo estamos tanto?,
pero eso tampoco importa mucho;
lo que me importa justo ahora que vivo
es sentir por fin, que un padre si puede ser un amigo
y viceversa.

* * * * *

Y saber... sabor...
saber que ese gusto a sangre mía me recuerda que estoy vivo,
pero estoy muriendo.
Ese gusto a sangrar y hacer sangrar.

Y me mata aún más que uno de esos tres perdidos
hablen de que las FARC tienen oficinas en ciudad de México,
cuando con eso me hacen pensar en cuando me dijo:
-"Esta es mi oficina"-
¿Y donde estás para recibirme?.

* * * * *

Mi gusto gusta del gusto de esta generación,
somos la plaga, no tenemos estilo
y somos el estilo de todo y nada.
Somos zapatos rotos, costumbres milenarias,
la perdición y/o el encuentro espirítual,
recogemos las sobras,
nos alimentamos tantas veces de mierda porque mierda es lo que le toca comer
al que ha sabido vivir, y a su suerte encuentra cosas tan valiosas
que casi siempre, no valen para nadie más.

Me quemo, me mojo, me duele la cabeza,
estoy sucia y no me importa, estoy desarreglada y sigo hermosa,
porque soy yo y nadie más.
Y pienso que a su vez, son hermosos todos los que no han dejado de ser,
sin necesidad de ver, sin necesidad de tocar...
pero que provoca tocarlos...a ver sí son de verdad.

* * * * *

Y me doy cuenta , con el aroma de un café que me llama,
que no sirvo para ser malo, que no me gusta mucho sufrir,
pero que prefiero sufrir a hacer sufrir.

El reloj me grita...

El fuego del café envasado, lejos de casa,
pero encendiendo una hoguera en mi "Hara".

Y yo que hoy me decía que no necesitaba café.

* * * * *

Empaco en un cajón, luego en otro, luego en otro
y lo voy dejando todo de lado.
reviso archivos, nadie toca a la puerta, nadie llama;
pero porsupuesto, ¿Quién acude a un grito ahogado?,
más claro que un azur cielo mediterráneo,
¿Quién va a salvarte?, cuando alrededor todos tienen miedo...
¿Necesitas que te salven?, ¿Qué quieres?...
...yo no quiero nada...
lo quiero todo, pero nadie puede darmelo.

* * * * *

Nunca me había dado cuenta de que tantos de mis ademanes
son un reflejo de mi soledad.

Quiero salir...pero ya no quiero buscar.

Que me encuentren si quieren...

Que me encuentren en una hecatombe de muertos vivos....

En un Ragnarok con Valhalla al final de tanta carnicería...

Yo me voy.

* * * * *

Juegan en mi azotea y me pregunto de nuevo,
-¿Porqué la gente se enoja por "güevonadas"?...

De nuevo juegan y me respondo,
-Porque algo no está bien por dentro...

"Apo-Polly-Logies",
excusas!.

Gritaré y patearé y tu casa derrumbaré,...

Tal vez sería bueno que me durmiera este invierno.

* * * * *

...TAL VEZ.

domingo, 8 de marzo de 2009

...Mujeres...

... No creas que no. Las adoro -Decía entre bocanadas de humo y tragos de bebidas espirituosamente dañinas- Las adoro a todas, porque son hermosas...

Pero estoy ya harto de sentir tantas veces que me doy el golpe yo solo. Es como ver el poste y seguir corriendo por la acera.

(...)

¿Vos crees? ¡Esta es la conversación perfecta! Con esto es que se les muestra cuanto las quiero, mostrando las cicatrices que dejan.

Si... Uno abre el corazón, deja el machismo, la dominancia, la indiferencia y el miedo al sentimiento a un lado, dando forma, como arcilla, a una idea, un piropo, un halago, una verdad... Solo palabras de viento y alma.

¿Para que? ¿Para que carajos las digo? Si siempre terminan aplastando a ese hijo de palabras y aliento con una negación.



(...)

Si, con risa y todo, definitivamente es dificil ser mujer. Los halagos son un peligro que deben esquivar, aplastar como moscas, cada mes debes resistir ese asesino en tu vientre que mata una posible vida y te la hace sangrar, debes cuidarte de tanto buitre, maquillarte, verte bonita, procurar no quedar embarazada, guardar la imagen, el respeto, la autoridad, la íntegra pulcritud.

(... !)

¡Pero CLARO que se merecen un día solo para ellas! Yo no me cambiaría a su lugar por nada.

Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.

Es un trabajo duro... pero no tan duro como vivir sin ellas.

Feliz día a mis dulces suplicios, misteriosas damas, invitantes negaciones, a la sed de carne. A mis hijas, mis hermanas, mis amigas... Y a esa madre que es única.

Feliz día a todas... Felices ustedes, porque yo sigo frustrado.

Como que le encontré el gusto a darme con la cabeza en ese poste.

viernes, 6 de marzo de 2009

Marioneta. Parte 5. Encantada por conocerte.

(Con esta entrega, algo más larga de lo normal, ofrezco disculpas a usted, señor lector, por las faltas cometidas por este escritor. Que tengan todos una buena noche, Y muchas gracias por la atención prestada).



Esa mañana se levantó algo confusa, con un nudo en la garganta y la ansiedad a flor de piel. Le costó poner un pie en la tierra para encontrar la razón de su malestar. No podía contener las ganas de ver como había quedado su oficina con los muebles que había escojido, si la pintura estaría fresca o si habrían roto un adorno los torpes de la mudanza... Pero en especial estaba nerviosa por conocer a su nuevo paciente. No lo recordaba bien, pero estaba casi segura de que había soñado con él... Malditas drogas antidepresivas, le negaban la claridad onírica que de niña tenía.

Comenzando los ejercicios matutinos que hacía desde pequeña, se abrió paso en el día hacia la cocina de su pequeño apartamento.

Un simple plato de cereal, “Lucky Charms”. Fruta y un poco de pan con jamón. Siempre había sido algo psicosomática, por lo que no le convenía un desayuno pesado cuando su cabeza no se encontraba bien fija a su cuello.

Una hora después se dió un corto paso por la ducha, para luego peinarse y vestirse para la ocasión.Un ligero vestido de trabajo rojo de corte frances, con un suave escote, bajando en pico desde un muslo a la rodilla opuesta. Y tacones.. siempre había amado los tacones.

Dándole protagonismo a sus labios, pero con tonos suaves y naturales, se pasó luego el maquillaje; y por último completó con una media cola, ondulando sus puntas.

Desafiante frente al espejo se puso sus amadas gafas, siempre le había fascinado "ver" como cambiaba el enfoque del mundo a traves de dos cristales... -Bibliotecaria seductora- fue lo primero que se le vino a la cabeza.

La llegada a la clínica fue triunfal, tirando la buufanda que se puso en el último momento hacia atrás con un altivo ademán desató la ola de murmullos. Empleadas que con sus ojos le destrozaban el vestido de envidia, subordinados que inconcientes miraban hacia arriba para observarla, empleados que le desgarraban el vestido con los ojos... de lascivia. Le fue imposible no rememorar aquellos experimentos, llegar a un colegio nuevo con un disfraz. Recordaba esa mañana. Mayas en brazos y piernas, una corta falda negra, correa de placas, blusa tapizada con una exagerada calavera en llamas... ¿Que podía decir? había estado leyendo mucho a Poe y a S.King por esos días.

Su ensoñación diurna la llevó inconciente hasta la entrada de su oficina, milagrosamente despertando antes de golpearse contra la puerta.

Detrás de ella sintió una puerta que aparatosamente se abría, volteando justo a tiempo para ver como el jefe de personal la observaba atontado. Su cara no tenía precio. Dando media vuelta se dirigió hacia su oficina, divertida mientras contemplaba como el agarraba del cuello su compostura y la enderezaba.

-- B-Buenos días

Ella respondió de la misma forma... sin gaguear.

-- Llega temprano, señorita Quinzel

-- Si – Sonrió – Quería asegurarme de que no necesitaba encargarme de nada más antes de comenzar.

Rompiendo el silencio, reparando en lo discreto que era para mirar su escote o medir sus piernas, decidió jugarle un poco.

-- Si no le molesta, pensaba que podría pasarse más tarde por mi oficina para celebrar mi ascenso, compré una botella de champaña para la ocasión. -- Con inconsciencia le guiñó un ojo, viendo en los suyos una tenue respuesta.

Otra vez media vuelta, dejándolo con su idiótico rictus, y se dirigió a su oficina.

Quedó maravillada. Todos los muebles eran nuevos, tan llenos de estilo. Y en sus inusuales formas lograban alguna armonía, inclusive con las cortinas.

Todo susurraba sobriedad, un computador negro, de suaves curvas, uno de los últimos procesadores que habia en el mercado.

El escritorio parecia de un roble, con vetas resaltadas en tinta color miel. La estructura era levemente curva, poco convencional, moderna pero guardando ese espíritu de antigüedad que daba la madera. Todo el conjunto parecia diseñado a base de circulos; En especial su silla. Le recordaba esas viejas películas futuristas, con cojinería de brillante cuero negro. Contrastaba con el resto de muebles, pero intencionalmente los opacaba, dándole estatus y control sobre su ambiente.

Las paredes, blancas, trazadas sin rumbo por delgadas líneas negras, decoradas con reproducciones de famosas pinturas, con marcos simples, oscuros, que las resaltaban de entre los muros, y una imponente pantalla de 40 pulgadas de porte “Retro”, alineado con un sofá de cuero negro y de espaldar “acorazonado” terminaban la dotación el espacio.

Había tres puertas. Una llevaba a una bodega pequeña, con un archivador negro de cuatro cajones, que al entrar la saludaba parcamente, unas cuantas repisas y una caja fuerte pequeña. La siguiente daba a un amplio vestier y un baño, el cual aún no entendía para que podría darle uso, pero que ciertamente la hacía sentir bien al pensar en la envidia que sus compañeros (y en especial sus compañeras) le guardarían.



Todo el espacio se encontraba neutralizado por un omnipresente baldosín blanco, un lavamanos delgado, hundido en la pared en su base, al igual que el sanitario, y una amplia tina. Todo abarcable desde la vigilancia del receloso espejo ovalado.

Y, por supuesto, estaba la puerta de entrada, con su nombre y su cargo marcado sobre el vidrio de textura.

El espacio en total se prestaba para que ocho personas se reunieran en él con toda la calma, y algo sospechaba de que el hospital se hubiera hecho cargo de la remodelación completa...

Sin previo aviso un pitido repetitivo y entonado la sacó de su contemplación. Levantó el teléfono de inmediato.

-- Doctora Quinzel – Respondió con serenidad

-- Señorita Quinzel, solo quesía recordarle que su cita con el paciente 4603001 está programada para dentro de 15 minutos

-- Muchas gracias – Respondió algo confundida-- Este ... ¿Cual es su nombre?

-- Jayna Summers, señorita. -- Tenía una voz dulce y servicial

-- Ok, muchas gracias Jayna.

-- Para servirle, señorita. ¿Ya le informaron que seré su secretaria? -- Preguntó un poco insegura.

-- No-- Afirmó comprensivamente -- Pero muchas gracias por presentarse.

Colgando el teléfono, tomó su celular y su identificación y las metió en el bolsillo de su bata.

Sabiendo que faltaba poco para que llegaran guardias para escoltarla a la habitación, Harleen buscó en su oficina la respuesta a su ansiedad. Que habría en la mente de este paciente?

Sus manos vagaban inconcientemente por el cuero, envolviéndose en sueños de los que irremediablemente salía sacudiendo su cabecita.

Un objeto pesado pero discreto tocó su puerta, ella respondió.

-- ¿Si?

Abriendo la puerta, dos fornidos guardias con aire simiesco se abrieron paso por la (para ellos) angosta puerta. --Señorita. ¿Lista para escoltarla con el payaso?

-- Si señor, ya.

Conduciéndola por un ascensor, los hombres la guiaron por un laberíntico recorrido. Le era imposible no cuestionarse, si necesitara huir, ¿Lo lograría?
Ella sabía que “El guasón” no era ningún pelele, ciertamente era un genio deschavetado, y dudaba que tanto enredajo fuera problema para él.

-- Concentrada, Harleen trata de recordar la ruta...derecha, izquierda, izquierda, izquierda, baja, derecha, sube, derecha, izquierda, baja... eran demasiadas direcciones para memorizarlas así de facil.

Uno de los uniformados rompió el silencio -- Hay cámaras de seguridad cada 20 metros, y en algunos lugares hay aspersores de gas somnífero.

“Sigue siendo poco” Pensó ella, respondiendo parcamente: Mmm... entiendo.

Ella sabía que estaban a punto de llegar, la actitud inquieta de los guardias delataba el hecho. Su deducción se confirmó cuando ellos comenzaron a hablarle de nuevo.

-- Señorita. Antes de que usted pueda comenzar con él, nosotros dos debemos entrar y revisar toda la habitación, luego podrá entrar, y nosotros la acompañaremos. El paciente tiene camisa de fuerza en este momento, pero se le retiró el bozal ya que se hirió la lengua con él anoche.

-- Veo – Respondió interesada -- ¿No le pueden quitar la camisa?

--Pero... Señorita – Contra argumentó atónito, sacando una foto de su carpeta. -- Esa no sería una idea inteligente... Esto fue lo que le pasó a un guardia armado de 137 kilos, cinturón negro en Karate. Lo atacó con una llave en uno de sus asaltos. La foto mostraba un rostro aparentemente injerto con tocino crudo, Un ojo perforado y deshecho, y el otro salido de su cuenca. Una divertida visión que se atrevió a guiñarle el “ojo”.

-- Que interesante caso – Dijo dándole poca importancia -- Esté cerca, yo le digo cuando puede quitársela, primero desearia hablar con el.

Determinantemente estableció -- No nos es permitido quitarle la camisa

-- Si es del caso lo hare yo

Uno de ellos la miró con poca cara de amabilidad, alzando la voz.
--Mire, señorita. Usted nunca ha lidiado con un delincuente como este, ¿Cierto?



Harleen le devolvió la mirada, tomándolo del cuello de la camisa. De un movimiento lo puso contra la pared, pisándole un pie y tomando el arma de su cinturon. El cañón fue a darle un vistazo a su ojo.

-- Yo soy la que decide acá –Argumentó serenamente, pero con un nervioso tic desatado en un párpado -- Usted no tiene ni idea de mi hoja de vida – Susurró apuntando al otro ojo, y luego dentro de uno de sus huecos de la nariz -- Y tampoco sabe como puedo ensuciar la suya.

Cargó el arma con una divertida risita que hizo eco entre los pasillos.

El sorprendido guardia no pudo más que levantar sus manos en signo de debil rendición, poniéndolas contra el muro, mientras el otro, asustado hasta los huesos, desenfundaba su pistola y apuntaba a la Espalda de la doctora. Algo feral asomaba en los delicados ojos azules de centrada psiquiatra... ¡SUELTE EL ARMA! ¡SUELTE LA JODIDA PISTOLA! Gritaba desesperadamente el guardia, rompiendo el sepulcral silencio del sótano... Y de golpe la realidad se le metió de nuevo por los ojos.

-- Yo... -- Se dijo casi a si misma-- Yo tomo las desiciones aqui (reparándolo de pies a cabeza) "PEQUEÑO"

El hombre la mirço de vuelta con desprecio, con el orgullo herido.

-- Como le plazca. pero cuando dañe esa carita.... no será nuestra responsabilidad.

Y ella sonrió, satisfecha por la información de la que se había hecho.

Al fondo del pasillo se veía ya una placa angosta de vidrio negro, parecída un espejo. Los tres caminaron al encuentro de sus reflejos.

El guardia efectuó el rutinario proceso. Al desvanecimiento del ahumado se reveló la imagen del hombre (literalmente) recostado contra el muro, con la cabeza balanceada sobre su cama y los pies haciendo círculos en el aire; retorciendo los dedos.


-- Como me asquea este tipo... -- Comentó uno mientras su compañero se dirigía al lunático a traves de un comunicador. "Alístese para una revisión".

El guasón saltó de la cama y cayó gracilmente en el piso, haciendo una venia... mirándola... sabrá Dios como, pero la miraba a los ojos.

Sus ojos eran grandes, tan alargados, mezquinos, y el perfil de su cara gritaba maldad. uno rostro luengo y pálido, triangular. el pelo enmarañado, con profundas ojeras... y dos cicatrices que cruzaban sus mejillas desde las comisuras de los labios casi hasta las orejas.

Harleen lo observó en detalle, maravillada. Se veía peligrosamente divertido trabajar con él... Su lo-cura era tan notablemente irracional que le erizó los pelos de solo pensarlo. Mil barbaridades se apoderaron de su cabeza, locuras que ocasionalmente le susurraba su inconsciencia. Quizo hacer, y este hombre podía ayudarla a cumplir. Sus ojos se iluminaron en un rictus imposible de ocultar.

Sus uñas comenzaron a golpetear contra la puerta en señal de ansiedad. Imaginando aquel delincuente deshaciendo a los mal educados guardias. (una macabra sonrisa se extendio por su rostro). La sangre de cada uno regada pintando la parte blanca de los vitrales de la capilla del sanatorio, cortando la carne y dándole forma de solomo, mezclandolo con el solomo en la cocina... Poniéndole pañales al director del hospital y enloqueciendo aún más a los otros pacientes con violentas voces bajo sus puertas...

Sacudió con fuerza la cabeza, desaprobándose, y se centro nuevamente en el paciente que tenia al frente suyo.

La puerta se abrió, desapareciendo, y los guardias entraron de inmediato. La puerta se cerró y se opacó. no se podía escuchar nada.

Ella suspiraba al otro lado... no podía dejarse llevar por esos pensamientos. “Solo fueron películas de mi infancia, no tienen porque repercutir en este momento. tengo un ascenso, oficina bonita, prontamente carro nuevo y una brillante carrera, no la puedo tirar por la borda solo por idiota... Todo está en mi cabeza, son solo conecciones mal hechas entre neuronas... son solo defectos...” suspiro nuevamente y se recosto contra el muro.

Tras eternos minutos la puera abrió de nuevo, uno de ellos la miró, indicándole su entrada.

Entró con paso seguro, deteniéndose para examinar el ambiente. Las ganas de saltar en ese techo tan....tan.....tan...¿acolchado? Fueron reprimidas de inmediato, mirándolo por fin a los ojos.

-- Buenos días – Habló ella.

-- Buenos días, ciertamente ¡Para usted! Pero el sol no se asomó esta mañana, mi ventana me lo contó. -- La mira de arriba a abajo poniendo su cabeza incómodamente de lado y abriendo bien los ojos... dorados... sus ojos dorados que parecían comérsela con tanto brillo. Entreabrió su boca.

-- No sabía que ya era hora de almorzar! me habría vestido para la ocasión!

En respuesta uno de los guardias tomó su macana, levantándola en amenaza. “Infeliz degenera...”

-- Déjelo. -- sonrió Harleen-- Si quisiera luchar por su comida me tendria que bajar el vestido con el pelo...¿No es así señor payaso? ¿O acaso le dan miedo los retos?

El loco sonrió con ira en sus ojos.

--¡QUE FALTA DE PROFESIONALISMO, PRIMOR! -- Gritó histriónicamente, extendiendo su.... ¿boca?

-- Mucho gusto, The Joker... Antes me llamaban guasón, pero estos tiempos de globalización requieren el dominio de otra lengua. ¿Tal vez la suya?

-- ¿Y como lo piensa hacer, con los dedos del pie? Vamos...está algo grande para eso. ¿No cree?

No, no me hace falta una mano para controlarla. -- Reafirmó parado en su seguridad.-- Oiga. ¿Y sus dos amigos? ¿No desean una taza de te acaso?

-- No... Ellos ya se van... Prefieren no jugar al “Te cazo”

Los dos la miraron desaprobatoriamente, de la forma que ya conocía bien, respondiendo “No podemos hacerlo”

-- Helado para los chiquillos.. -- respondió entregándoles un billete de $100 a cada uno. Los dos miran impresionados, uno susurrando "Estaremos afuera”. Y salieron son más ni más.

El guasón sonrió mirándola de nuevo con pujante interes.

-- Cuando entré me pregunté – Afirmó con una expresión infantil y contenta la psiquiatra --... bueno... ¿no has intentado tirarte contra las paredes? parece divertido.

-- ¡SI! Lo es... pero dejará de serlo despues de unos meses, así que lo guardo solo para momentos “Especiales”.


-- Umm... veo -- Sonrió, sin entender el porque de la simpatía simpatia por este hombre. ¿Donde había quedado todo lo que había hecho hasta el momento? -- ¿Y que lindo nombre te puso tu mamá?

-- Cuando la vea le preguntaré – Se encerró en sus brazos el paciente.


-- Harleen Quinzel

-- Mucho gusto...The Jocker... -- Presentándose de nuevo cayó en cuenta de su identidad -- OH! ¿Harley Quinn? ¡Suena a bufon!...
Mucho gusto, señorita bufona.

Y en la mente de la pequeña niña se dibujó la incoherencia.

Salen el payaso y la bufona... ¡Comienza la funcion! ¡el salto de la muerte desde el trampolin! Se lanzan agarrados de las manos desde una rampa de veinte metros para caer en los cañones que a su vez cuando se mueven los resortes sueltan los sellos de las bombas, cayendo sobre la red, se bajan rápidamente en sus monociclos ¡Y explota todo en un hermoso hongo de fungi!


Ella intentó volver a su trabajo lo mas rapido posible... Tratando de ignorar esos momentums extraños de su cabeza...

-- Tomemos esto en serio(Se dijo tambien). Cuénteme de su vida. ¿Cuantos años tiene?

-- ¿Que? ¿Años? Debería saber usted que los payasos rejuvenecemos cada día.

Ella le devuelve, perpleja, la mirada... Necesitaba ganar su confianza para así abrir su mente a ella.

-- ¿Que fuiste antes de ser payaso?

-- Niño, Osea... Lo mismo. ¿Y usted? ¿Como era su familia? ¿Que fue antes de ser una arlequina que cree leer mentes? -- Avanzó interrumpiéndola con autoridad, pero ella no podía dejar que él tomara control.

-- Yo hago las preguntas aqui, señor payaso -- Murmuró mirándolo en forma retante

-- Ay, ¿sentiste amenazado tu reino verbal? Dejemos que te sientas bien

-- Tranquilo, en el pais de alicia todos se encuentran bien, gracias – Respondió ella, inmediatamente cayendo en cuenta de su incoherencia. “¿Por que dije eso?”, Inquirió.

-- mi papito era un buen hombre, Un asqueroso bebedor, Un completo payaso.

-- ¿A que se dedicaba?

-- A hacerle chistes a mi santa madre

-- ¿A que clase de chistes te refieres?

-- Le gustaba jugar mucho

-- ¿A que jugaban?

-- ¡Pues al gato y al ratón! ra-¡tonta!

La duda la abordó. -- ¿Y quien eras tu?

-- Mi... Mi padre no jugaba conmigo... -- Sus ojos dejaron salir una mirada vulnerable por un instante, regresando a una iracunda y escudante sonrisa.

-- ¿Quien era gato y quien raton?

-- ¡AH! ¡Que tema tan aburrido! -- la interrumpe subiendo la voz, a lo que ella repitió la pregunta.

-- Yo soy el gato ¿Y tu?

-- ¿Tu madre era el raton? ¿Era ella la victima? -- Instiga tratando de buscar en sus padres la razón de su transtorno... pero era tan dificil hacerlo mientras se esforzaba por ignorar sus visiones...pero no pudo evitar pensar en los dos con disfraz de gato y raton corriendo bajo las manecillas de un reloj monstruosamente grande.

-- ¿Tu eres el ratón entonces?

-- Yo no estoy hablando de mi padre, él me hizo sonreir... siempre me hacía sonreir

-- Excelente... -- Murmuro ella más por ser un tic verbal en ella que por haber logrado conclusión alguna. Algo tenían sus padres, algo sexual había en su locura. Y con lo tanto que despreciaba a los Freudianos. ¿Venía a encontrar en su mejor alimento la expresión perfecta de aquel vejete? -- Bueno, hasta aca llega mi visita de hoy, Nos vemos luego.

-- ¿AH? ¿No quieres un poco de queso? Nonononono... no. Queso no hay, pero tengo leche. Pero es solo para los gatos buenos

Harleen lo miró sonriente mientras hacía señas a los guardias para que abrieran la puerta.

-- ¿Leche?

-- Si... Ah, de esa me sobra, no hay nadie a quien ofrecerla desde hace mucho. Agradable visita, Harley Quinn. ¡No olvides traer a tus amigas!
-- Lo recordare para la proxima – Exclamó resignando sus ansias de quedarse alli más tiempo. Sabía que no era conveninete para el proceso.

Los guardias entraron para escoltarla, mientras uno servía de barrera entre ella y aquel enredado cerebro, el otro le abría paso.
-- ¿No le entregó ningún objeto? ¿No se le cayó nada de los bolsillos? -- Preguntó rutinariamente.
-- No – Mintió, recordando haber dejado un caramelo masticable relleno de chocolate bajo la cama.


* * *

La celda se cerró y las luces se apagaron, tal como siempre me ha gustado. Como un insecto buscando el calor de la sangre, suculenta y necesaria, el caramelo encontró mi pie desnudo al filo del acolchado piso.

-- Doctora corazón, cardióloga fracasada de colegial disfraz... ¿Como supiste que me encanta el chocolate?

Él sabía algo... No sabía que era, pero sabía que algo tenía para saber. Su nariz nunca mentía.

Ella tenía un particular perfume en la piel, una mezcla de café cargado, morfina y sueños húmedos. Algo alucinógeno y destructivamente seductor.

Ella... Ella estaba tan loca como él en el fondo, como yo en la superficie.

Ella sabía que él sabía que sus malsanas locuras se besaron al primer momento.

Solo era cuestión de tiempo.

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