domingo, 5 de junio de 2011

La caída del Caballero


Escúchame, hijo mío, para que los errores de la historia no se repliquen en tí, y rompas la caída cíclica que yo y los que estuvimos antes de tí te legamos.

El origen del caballero, del guerrero montado a grupa de corcel, se remonta a las batallas entre Ingleses y Sajones alrededor del año 1066, pero el ideario del mismo se pierde en las tradiciones de la antiguedad,

Es necesario distinguir entre caballlero como guerrero y como hombre de virtudes, no porque no puedan convivir los dos en la misma alma, sino porque sus momentos no suelen ser los mismos.

Tall vez por haber visto Inglaterra su comienzo histórico, la lengua anglo-sajona distingue al guerrero como Knight, y al hombre como Gentleman.

Gerreros fuimos, cierto. Pero no es a la guerra que le debemos nuestra esencia. El arte de la guerra, por más glorioso y justo que se haga, es deshumanizante; y muchas veces los caballeros más honrosos han sido guerreros que purgan sus fantasmas en el buen trato y la virtud.

Gentleman, hombre gentil, son las palabras que deben brillar en tu cabeza cuando escuches la palabra
caballero.

Antaño, en tiempos crueles nos dedicábamos a la espada. Y en tiempos mansos la dejábamos alta en el mural o sobre el estandarte, y buscábamos sosiego para los terrores que vimos en nombre de lo que es bueno.

Y es ahí donde conocimos la virtud, la belleza y el fuego eterno que encendía el corazón y lo mantenía puro. La mujer.

No te confundas, hijo mío, porque la maldad alcanza sus más altos picos en las pieles más suaves, pero así mismo lo más tierno, puro e inocente que puede haber en estas tierras sin dioses son ellas. Está en tí saber distinguirlas.

Fue en la mujer donde los caballeros encontramos la debilidad, y has de entender hijo mío que el día que se acaben las damiselas, los caballeros habremos de extinguirnos. Guerrero podrá ser cualquiera que tome un arma.

Ser caballero se transmitió de padre a hijo, y con el pasar del tiempo la espada adornó la sala evocando viejos tiempos, la lanza se dejó al lado de la puerta, y el caballo no galopó más en campos de sinople y gules. Pero con el mismo orgullo compusimos canciones, escribimos poemas, gobernamos pueblos; y más que nada hicimos familias. Hermosas y buenas familias.

¿Qué generó nuestra caída? Solo un caballero puede herir a un caballero.
Alimentados por los mitos que las gentes tejieron en nuestra aura, el orgullo nos llevó a creernos más que nuestras damiselas, nuestras familias y nuestras virtudes. No fue necesaria la lanza para desangrar el corazón del caballero.

Abrir una puerta o pagar la cuenta no bastan para hacerte uno.

Es por eso, pequeño, que hoy te entrego lo que me entregó mi padre esperando que en mí cesara la caída del mal orgullo y la falsedad.


Sé justo y habla con la verdad. Nunca dejes que el orgullo se te suba a la cabeza, ni que la cabeza se pose por encima de tu corazón.
No le des la espalda a tus sentimientos, la hombría no está en aplastar lo que sientes si no en avivarlo al favor de la bondad.
Recuerda que la virtud eleva a los hombres, y no es mejor el del pecho más ancho. Un corazón grande se llena con poco.
Protege a tu mujer y a tu familia con tu vida, sin miedo alguno. Muere por una causa o un pueblo si es menester, pero recuerda que cada vida que tomes será un hogar que perderá el calor y la paz.
No odies, porque mientras más viejo sea el odio, menos sentido tendrá y más se alimentará de la ignorancia.
No vayas por la vida buscando problemas, pero tampoco huyas del conflicto ni temas responder en la pelea. Un caballero es un hombre que es bueno hasta que llega el momento de no serlo.
No maltrates a nadie. El corazón del hombre cruel se agria con su propia hiel.
Y por encima de todo; nunca hagas de nada más importante que tu esposa y tus hijos. El mundo perderá su bondad el día que la familia muera.

Tal vez nuestra salvación esté en nuestra misma perdición. Pero mientras haya una mujer que valga la sangre y el alma, y nuestra esencia lata en el corazón de un hombre, habrá esperanza para nosotros.

No cometas los errores de tu padre y tus ancestros... De nada servirá que te arrepientas como yo.
En tu lecho de muerte.


Vive bajo estas leyes, enséñalas a tus hijos, muere en paz.



5 comentarios:

  1. Loco me encantó! Te felicito!
    -Lu <3

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  2. Que hermoso, me deja cierta calidez en el corazon que me reconforta...

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  3. Mi escritor estrella, todo está dicho...

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  4. Esta super, pero como soy de frases me mataste con esta "No odies, porque mientras más viejo sea el odio, menos sentido tendrá y más se alimentará de la ignorancia."

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  5. que buene forma de expresera lo mas profundo del escritor en toda su gloria

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